jueves, 14 de agosto de 2014

Cuando digo que soy daltónico hay más de uno que me pregunta, “¡Ira! ¿Cómo haces con los semáforos? ¿De qué color ves la grama? ¿Rojo y verde? La respuesta a todas esas preguntas es lo siguiente; todos vemos el mundo a nuestra manera. El título de este escrito no es más que una forma barata de llamar su atención para que lean lo que voy a decir a continuación. O tal vez no.

Los veo igual, o por lo menos eso creo. El de arriba es rojo, el del medio amarillo y el de abajo verde. Lo sé porque así me lo dijeron desde que tengo memoria, y creo que esa constante aclaración me ha hecho, eventualmente, ver los colores como dicen los demás. Sé que la grama es verde, sé que el pare es rojo, y sé que la mierda es marrón. A lo que quiero llegar es que veo el mundo como me lo hicieron ver; mis padres, mis amigos, los medios, la sociedad; pero solamente lo superficial. Hagan ese ejercicio, ¿qué tanto se detienen a ver el mundo desde más allá de lo superficial? Encontrarán un mundo lleno de incertidumbres, preguntas sin respuesta, que tal vez sea mejor nunca responder, o por lo menos eso creo yo. Creo que esa constante búsqueda de respuestas es la que nos mantiene vivos y si, algún día, llegásemos a tener todas las respuestas que queremos, entonces ¿para qué vivir?

No confundan el vivir preguntándose con el vivir dudando, dudar es algo muy diferente. Dudar es estar un paso atrás, preguntarse es estar un paso adelante, así de simple. La vida cambia cuando uno empieza a preguntarse, háganlo y verán. No sé qué tan claro pudo llegar a ser lo que acabo de decir, pero espero que alguno que lo intente me comparta sus resultados. Y sí, no confundo los semáforos, no me paso los pares por verlos verdes o rojos, pero sigan preguntándome, y seguiré respondiendo lo mismo.


Agosto 21 del 2013


@asantiagopf

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